Somos muchos los que diariamente llegamos a la humanidad con plenas capacidades y creyéndonos superiores...¿Pero, quiénes somos al fin y al cabo?... Nada más que un simple ser humano, al igual que todos, creados para vivir en un mundo globalizado y lleno de sorpresas.
Algunos se pueden considerar mejores individuos por el hecho de no tener algún tipo de discapacidad, más en la diversidad humana está la riqueza de la sociedad. El complementarse con terceros nos permite abrir nuestros ojos hacia nuevos horizontes no explorados, y es allí, donde en nosotros nace la inquietud de incorporar lo aprendido en nuestra formación profesional de especialistas en Educación Física en la vida cotidiana, en este caso, de niños que padecen el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
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